El cromo duro es un proceso de electrodeposición que consiste en la formación por reducción de una capa de metal (cromo) sobre un sustrato (pieza a recubrir) que actúa como cátodo en un baño electrolítico. Esta película es aplicable sobre metales ferrosos y no ferrosos que al ser colocada en determinadas condiciones reúne características físicas y químicas de gran importancia, que permite una gran variedad de servicios en el área de la metalúrgica.
El cromo duro puede aplicarse sobre superficies tanto ferrosas como no ferrosas (hierro, acero, fundición, aluminio, plástico):
Aumento de la dureza en 1100 vikers
Aumento de la resistencia de desgaste, mayor que los aceros enriquecidos, resistencia a los materiales abrasivos y a la erosión de los fluídos.
Disminución del rozamiento, incluso para las piezas que rozan sobre una superficie de cromo duro.
Disminución de las holguras.
Compatibilidad a altas temperaturas. El cromo no sufre oxidación hasta los 800ºC.
Resistencia a la corrosión, repulsión a la suciedad y al agarrotamiento.
Al ser un depósito directo se obtiene muy buena adherencia con el metal base y al producirse en condiciones "frías", por debajo de los 60ºC, se excluyen las deformaciones y se conserva la contextura y características del metal base.
Recuperación y renovación de piezas desgastadas a un costo moderado, inferior a la fabricación de piezas nuevas.